Cristiano, ese hombre, ha vuelto a refregarnos el conjunto histórico artístico de su nervadura abdominal. Allí donde los hombres de bien almacenan el colgajo de mantecas e intestinos que por doquier adornan la barriga, el titán de Madeira ofrece un cubismo de músculos en perfecto estado de revista. Y lo enseña como un mausoleo del chonerío cada vez que una calentura le arranca la camisa; tal que hace unos días en la revista ´Men´s Health´, que es el ´Interviu´ de los machos cabríos, donde volvió a quedarse en pezones por el puro placer de quedarse en pezones, que por otra parte es un placer muy lícito
Pero por una de esas cábalas del negocio editorial, la revista de marras se publica en 60 países -algo así como una OTAN de los anabolizantes y las abdominoplastias-, con sus 60 versiones y sus 60 portadas y sus 60 Cristianos estampados como el Rey en los billetes, pero en plan chulazo de mancebía. Para echarle aún más alpiste al ego, Ronaldo ha compartido en Twitter un collage con todas las fotos, y el efecto resultante es, como poco, perturbador; el montaje de las 60 portadas es una brutal lección de anatomía. Un trampantojo psicodélico. Una bacanal de carnes magras como esculpidas por la mano de Dios, si es que Dios tiene licencia para tales asuntos del mundanal cuerpo
Démonos, por un momento, a la numerología: habida cuenta de los 14 músculos que pueblan el abdomen -Wikipedia dixit-, multiplicados como los panes y los peces en las 60 ediciones de la misma revista dan lugar a 840 músculos en un único tweet. Lo que viene siendo un tyrannosaurus rex
Por aquello de otorgarle un barniz periodístico a esta noticia de colosal impacto (aunque poco importa eso a estas alturas del partido), se hace saber que las fotos que nos ocupan se hicieron para promocionar el calzoncillamen de Cristiano; léase, la marca de ropa interior CR7, de la que es propietario y por la que habrá de despechugarse de pé a pá cada vez que el marketing así lo exija. Y parece que el destete le funciona, pues al cierre de estas líneas los abdominatrix del susodicho se acercaban peligrosamente a los 5.000 retweets. Lo que viene siendo, a 840 músculos por tweet, cuatro millones de abdominales que viajan al libre albedrío por el ciberespacio, como una astracanada de pellejos tersos que puestos en fila india cubrirían el trayecto de Madrid al mismito Moscú
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